el crudo atardecer

Típico de mí camina con un paso lento y calmado, paz interna, mental, espiritual y corporal, bostezos pronunciados que rompían la típica faceta de seriedad o de alegría de mi rostro, el viento que resoplaba en el lugar haciendo mover mis rosados cabellos. Mi motivo de caminata era simple, era el nuevo Tsuchikage de Iwagakure no Sato, había notado con suma claridad que Iwagakure no sato no tenía ninguna alianza con alguna aldea y yo claramente había escuchado leyendas sobre una aldea cuyos habitantes estaban imbuidos en el espíritu y última voluntad del fuego. Curioso, sujetos que morían por su última voluntad, todo su deseo en un solo lugar, personas que según los mitos estos siempre soñaban y lograban lo deseado, muy interesante. Llegue a una puerta algo descastada, muy alta y entrecerrada, tan solo se podía ver algo en medio de esta, una luz ondulante que se movía haciendo danzar las sombras del borde de la puerta. Mi mano se poso en esta y con facilidad logre abrir, no había nadie, todo estaba arruinado, destrozado. Mi vista se enfoco en el horizonte, las casas en fuego, la gente muerta, uno que otro gritando por la desesperación, supuse que había sido atacada por algo o alguien, mas dudaba que fuera alguien por los daños causados, aunque si había sido alguien, claramente debió ser atacada desde el propio núcleo, eso significaba solo una cosa. Traición. Aun así ignore tal hecho, me imagine que había sido atacada por un bijuu, arrasada por una guerra, ¿Qué se yo?. Seguí caminando entre los escombros para dirigirme a un lugar específico, el despacho del Kage de esta peculiar aldea. Se supone que venía por una fuerte aldea y alianza prospera, pero esta aldea destrozada no demostraba fuerza, mas no me retractaría de hacer la alianza, ¿Por qué?, muy simple, era una aldea que claramente necesitaba ayuda, ¿Por qué no darle ayuda? Sin más esperar me dirigí al despacho del Kage, caminata lenta y tardía entre los escombros de la ciudad. Al pasar varios minutos, curiosamente logre ver a alguien que parecía desesperado sacando gente de los escombros, unos cuantos sujetos idénticos a este hacían lo mismo, otros iguales a esos mismos comenzaban a reparar la ciudad, me detuve, sería bueno ayudar un rato.

Jm…

Ni una palabra de mis labios, ni la más mínima. Podía observar como el joven comenzaba a sacar personas de los escombros, mientras yo notaba como una casa había quedado totalmente destrozada, tan solo había quedado uno que otro madero en el suelo, eso claramente no podría ser reconstruido. Una sonrisa en mi rostro, bajo mi kimono de gran tamaño se movieron mis dedos, una serie de sellos imperceptibles ya que habían sido tapados por el kimono puesto a que mis manos estaban ocultas en este. Algo arrojado a los cielos, un sonido estruendoso, una casa había aparecido sobre los pocos maderos que quedaban, claramente los maderos habían sido aplastados y enterrados en el blando terrendo.

La casa quedo tumbada en el suelo, un ruido estruendoso como el de un relámpago, una pequeña nube de humo que se esparció por un área de 3 metros, polvo, la casa había sido creada con éxito. Mis 4 brazos, los reales y los falsos yacían bajo mi manto o kimono de gran tamaño con color negro, mi capucha cayo, mi mirada se centro en un joven que menciono algunas palabras, palabras de intriga al haber llegado yo así de la nada, como caído del cielo y más aun por haber realizado tal acción, seguramente le quedaban muchas intrigas, mas lo primero que menciono fue el preguntar quién era yo y que hacía, no planeaba responder puesto a que era una persona realmente callada, mas me parecía descortés el no responder, era de mala educación, aunque creo que le haría esperar un poco antes de saber tales respuestas. Mis manos salieron nuevamente de las mangas largas del kimono, cuatro casas pequeñas, estire la mano y dichas casas volaron por los cielos, crecieron y una quedo al lado de la otra, ya había creado cinco casas en un área vacía, las personas comenzaron a reunirse por tal acción mientras yo simplemente bostezaba, paso a paso me acerque al joven de la pregunta, le mire fijamente a los ojos y dije con un tono amable aunque algo bajo.

Tsuchikage, ayudar, supongo…

Simples y cortas palabras, tal cual era yo, hombre de pocas palabras aunque de grandes pensamientos, sería un largo día por el simple hecho de reconstruir esta aldea, y sería más largo si volvían a atacarla, aunque esta vez sus enemigos no correrían con tanta suerte, esta aldea ahora estaría bajo la protección del Tsuchikage, y obviamente del Kage de esta misma, ahora no sería nada fácil las cosas. La aldea tenía que resurgir nuevamente, no podíamos perder mucho tiempo ya que entre más tiempo perdíamos la economía de dicha aldea bajaría mas, las reconstrucciones requerían grandes castos, pero con mi habilidad tan peculiar no requeriría absolutamente nada, podía ayudar a crear varios cientos de casas en un día, una semana, en un par de semanas todo estaría como nuevo, mas esperando que nada ocurriese, nada que pudiera interferir con la reconstrucción de esta tan peculiar aldea que había sido recién atacada. Las llamas lejanas aun permanecían en su auge, encendidas, comenzando a devastar grandes partes, los aldeanos mismos comenzaban a ayudar para apagar todo el fuego, los daños y salvar a las personas que yacían bajo este desastre tan grande.

Caminando solitario por tierras lejanas a su hogar así se encontraba él, aunque había caminado bastante parecía como si no se inmutara por el cansancio con un traje de negro total bajo el sol de la tarde. Su objetivo no era otro sino de pasear y deleitar sus ojos con la belleza que la madre naturaleza nos ofrece a todos a lo lejos unos 100 metros observo una casa, si los cálculos no le fallaban estaba ya en territorio de la aldea de la hoja, algo le había parecido escuchar de que estaban bajo ataque o estuvieron, en ese momento no le dio importancia pero inmediatamente vio la casa recordó esas palabras de un viajero que cruzo camino con él tiempo atrás, su curiosidad le basto como para dirigirse a esa casa y tal vez averiguar algo, supuso que si llegaba con alguna información a su kage, este le agradecería. Asimismo camino hacia la casa que allí estaba logro divisar dos hombres uno de ellos con un kimono negro, la silueta de esa persona se le hizo familiar pero no pudo imaginar quien seria porque este estaba de espaldas, la otra no la alcanza a ver. Al llegar donde se encontraba la persona con el kimono negro. Exclamó:

-Hola, que tal? Tendrá un poco de agua que me obsequie, disculpe por la molestia pero ando con bastante sed. Gracias!

Así inclino su cuerpo haciendo reverencia y mostrando respeto a aquel sujeto que le daba su espalda.

Modo Tercera persona// Aquel sujeto de cabellos rosados y capa negra de gran tamaño seguía en lo suyo, casas comenzaban a caer del cielo en lugares totalmente vacios donde la gente no se encontraba, estas personas que se habían salvado se encontraban alrededor de aquel extraño hombre que había aparecido de la nada observando sus proezas, aquellas acciones tan valerosas y de tan gran ayuda para aquella aldea que había sido atacada por un sujeto el cual este mismo hombre aun desconocía. Si mirada parecía estar perdida en la nada, su mano se acerco al bolsillo de su kimono negro de gran tamaño, un aparato salió de este, un par de cables que llegaron a sus oídos y una luz que emitía tal aparato, era una pequeña pantalla con unos nombres totalmente extraños en esta, bajo la pantalla había un circulito que se activaba al pasar el dedo, ¿Cómo?, canalizaba el chakra y a través de dicho circulito se cambiaban los sonidos que emitía, si, sonidos de canciones de personas totalmente desconocidas para la mayoría de las personas, era un aparato peculiar para escuchar música y relajarse un rato. En fin, el sujeto de pelos rosas se había colocado las extremidades del par de cables en los oídos, coloco una canción a full volumen, tal era el ruido que emitía que este hombre parecía no poder escuchar lo que los demás decían, aunque no era un ruido lo suficientemente fuerte como para que otras personas siquiera llegaran a escuchar lo que este podía escuchar, su música favorita. La mente del sujeto comenzó a maquinar nuevamente, las casas siguieron creándose, el fuego por fin logro ser apagado, la ciudad comenzaba a tomar mas forma que antes, muchas casas que habían sido creadas ya contenían utensilios dentro de esta misma, era una habilidad muy útil para resguardar gente, o en este caso, para reconstruir una aldea que había sido masacrada, mas, gracias al favor de dios no había sido casi nada, los daños habían sido pequeños, había solo sido afectada una pequeña sección de la aldea, un total de nueve o diez casas, y los asesinatos ya habían sido mayores, habían sido asesinadas personas de forma individual y por causa del derrumbamiento e incendio de las casas.

Un hombre relativamente extraño apareció tras este chico de cabellos rosas y kimono totalmente negro, este hombre parecía estar extraviado, mas todo lo contrario, era un shinobi de Iwagakure no sato, era bastante útil tener a uno de los ninjas aliados de aquel Tsuchikage que se encontraba aliándose con otras aldeas en el mismo campo con este, así serian más personas en caso de tener que defender nuevamente la aldea, y así quedarían testigos de la gran ayuda que este bondadoso hombre estaba otorgando a las personas de la aldea de Konohagakure no Sato. La mente del hombre de cabellos rosas comenzó a maquinar, la canción comenzó a sonar, era una canción peculiar llamada LET'S GET IT STARTED de una banda cuyo nombre era Black Eyed Peas, era bastante movida aquella canción que ensordecía los oídos del hombre de cabellos rosas, este comenzaba a cantar en su propia mente la canción que había colocado. Let's Get It Started, in here... And the base keep runnin' runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and runnin', and... En fin, el hombre que se acerco tras las espaldas del Kage de Iwagakure no Sato, menciono algo sobre agua, cosa que este joven Kage no tenia, estaba en una aldea extraña, logro presenciar la reverencia del chico respondió amistosamente al devolverle esta.

Atónito quedo al ver a aquel personaje de frente, era nada más y nada menos que el mismísimo tsuchikage, casi con la boca abierta no sabía que pensar no tenía la más remota idea de lo que allí estaba pasando y es más creía que el kage no lo había escuchado ya que llevaba puesto lo que era como unos audífonos, omitiendo esto replico:

-Sr. Kage usted que está haciendo acá? Pensaba que estaba en su despacho, me podría usted decir que pasa aca?.
Mientras que continuó con la reverencia hacia su kage,

-Hay algo en que lo pueda ayudar?

diciendolo después de algunos segundos. Respiró profundamente y miro de reojo al otro sujeto que se encontraba cerca de ellos, no era alguien familiar para él. Intentando deducir que era lo que en esta aldea sucedía pero ni la más mínima idea llegaba a su mente sobre lo ocurrido.

El sujeto con audífonos estilo casco, el iPod sonando a todo volumen y su concentración hecha duro ahí un par de horas ayudando mientras uno de los miembros de la aldea de Iwagakure preguntaba al joven de cabellos rosados cuyos ropajes eran bastante extraños para un Kage, preguntaba que hacia este en un lugar así, tan destrozado, no había una explicación muy lógica, ¿Por qué?, se supone había venido a hacer una alianza con una aldea fuerte y me había topado con algo totalmente contrario a lo que imagine, una aldea que había sido recién atacada, pero, ¿Qué más que hacer una buena alianza?, si lo ayudaba, le daría la oportunidad para que este confiara en el Tsuchikage, mas ya se hacía tarde y este tenía que realizar otras acciones en su aldea, esto se debía a que tenia muchísimo tiempo sin ir a esta, así que simplemente respondió al joven que también era integrante de Iwagakure o Sato, un tono más elevado y firme, típico de un Kage, una mirada centrada y dirigida exactamente a los ojos del joven Jounnin.

Nada en particular, buscaba una alianza, pero lamentablemente voy a llegar tarde a una reunión en la aldea, me tengo que retirar, espero haber ayudado suficiente, el fuego ha sido apagado y las casas perdidas han sido suplantadas. Nos veremos luego joven Hokage.

El joven hablo por un corto periodo de tiempo para darse media vuelta y retirarse, poseía unos pasos lentos y calmados con un espíritu de paz que se podía observar o mejor dicho, sentir con suma facilidad. Paso a un lado del joven Jounnin de cabellos cortos y toco su hombro, se detuvo a un lado y hablo nuevamente para responder a aquella segunda pregunta realizada por el joven.

Necesito que te quedes, podrás ser de utilidad aquí, acaban de ser atacados y están debilitados. Cualquier cosa, envía una paloma mensajera, yo de seguro la recibiré.

En el Tsuchikage se podía notar confianza, seguridad absoluta sobre si mismo y sobre su compañero Jounnin, este sin mas que decir simplemente se retiro a una velocidad media saliendo de la aldea, dirigiéndose a una reunión en su aldea.